Los que
usamos ordenadores portátiles estamos casi todos los días dependiendo de él, incluso
hay gente que nos lo llevamos con nosotros siempre a trabajar, pero cuando
vamos a cerrar la tapa del ordenador, no sabemos si debemos apagar, suspender o
hibernar el portátil. Según para qué ocasiones, todo esto depende de varios
factores y mi recomendación va no sólo para alargar la vida de tu portátil,
sino también para aumentar tu productividad.
Primero vamos
a ver qué significa cada uno de estos términos, que aunque parecen muy
similares, tienen grandes diferencias.
Hibernar -> es cuando el portátil no consume
prácticamente nada de energía y almacena su estado en el disco duro.
Suspender el
ordenador -> el portátil entra en un estado de
bajo consumo energético y esa energía es invertida en almacenar el estado del
mismo en la memoria, mientras el resto de las partes están totalmente apagadas.
Si estamos mucho tiempo en esta opción, el portátil entrará automáticamente en
modo “hibernar”.
Apagar el
ordenador -> Ese nos lo sabemos todos muy bien,
es como su propio nombre indica. Todos los componentes del ordenador dejan de
consumir energía y se cierran todos los programas y tareas.
¿Cuándo realizar cada una?
Dependiendo de
la rapidez que necesitemos que nuestro portátil esté vivo o cuánto tiempo pasará
antes de volver a usarlo, usaremos apagar, suspender o hibernar.
No es bueno
tener el portátil siempre encendido o conectado a la corriente todo el tiempo
porque la batería sufrirá y nos durará muy poquito. De todos modos, lo que sí
que es útil es un reinicio de vez en cuando para cerrar las tareas que incluso
ni nos acordábamos de que se estaban ejecutando.
Gracias a
expertos que he leído les presento la conclusión a la que he llegado yo:
Si te
ausentarás una dos horas o menos, lo mejor es dejarlo en Suspensión, ya que el
portátil rápidamente resucitará de su estado inactivo y podrás seguir el
trabajo justo donde lo dejaste de la manera más rápida.
Si la
cantidad de tiempo es mayor, la siguiente opción que te recomiendo es Hibernar.
Ésta opción se puede usar justo antes de dormir, si al levantarte quieres
encontrarte todo tal y cómo lo dejaste. Así, al día siguiente no tendrás que
esperar para que se encienda y abrir de nuevo todas las cuentas y aplicaciones
que diariamente utilices. Para los modelos más antiguos, lo mejor es apagar el
ordenador en vez de hibernar, ya que los portátiles que tienen prestaciones
bajas les cuesta mucho salir del modo hibernar. Además, en el caso de Windows o
distribuciones populares de Linux como Ubuntu, siempre es necesario un reinicio ocasional.
Debemos
apagar el portátil cuando no se vaya a utilizar por un largo periodo de tiempo.
Si Nunca apagamos el ordenador y siempre lo tenemos en suspensión, la memoria
estará funcionando y tendrás un gasto físico de RAM considerable, y cada vez se
irá haciendo más y más lento.
El modo que es más cómodo para mí, es hibernar, ya que el
consumo de batería es increíblemente poco y al encenderlo nos encontraremos el
ordenador exactamente como estaba. Pero si tenéis alguna otra manera de que la
batería nos aguante mucho más, no dudéis en contármelo, al fin y al cabo todos
queremos que las baterías…nos duren mucho.